jueves, 28 de junio de 2012

Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida.
Pero esto no es así: la libertad sólo existe cuando existe el amor.
Quien se entrega totalmente, quien se siente libre, ama al máximo. Y quien ama al máximo, se siente libre.
Pero en el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que siente, y no puede culpar al otro por eso.
Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie, y esta es la verdadera experiencia de la libertad: tener lo más importante del mundo, sin poseerlo.